El Futuro de la comida II es la segunda parte del del interesante documental que veíamos hace unos días, El futuro de la comida I. En este documental podíamos conocer algunos de los cambios más significativos que se han producido en la agricultura, la industrialización, el uso de nuevos productos químicos, la desaparición de miles de variedades alimentarias agrícolas debido a la industrialización, el inicio de las patentes de alimentos o los primeros pasos en el campo de la investigación sobre la modificación genética.
Podemos saber que algunos de los problemas asociados a la biotecnología y concretamente con los productos transgénicos desarrollados por la empresa Monsanto. En el documental conocemos que Japón es un país preocupado por los efectos que puedan provocar en la salud los alimentos transgénicos, para ello nada mejor que estudiar a una población que ya disfruta de este tipo de productos en su alimentación, los niños norteamericanos. La falta de estudios a largo plazo provocó que Japón manifestara la intención de estudiar y observar a los niños de Estados Unidos durante un periodo de 10 años para conocer los posibles efectos que pueden provocar los transgénicos en la salud.
Se plantea una pregunta interesante, ¿cómo se consiguió que el Gobierno estadounidense aprobara los nuevos alimentos biotecnológicos?, resulta curioso saber que se recomendaba que no existiera ningún tipo de regulación sobre los alimentos transgénicos, así lo recomendaba el Consejo de Competitividad estadounidense con estas palabras, «Garantizamos que los alimentos biotecnológicos reciban la misma supervisión que otros productos, en lugar de ser obstaculizados por regulaciones innecesarias.
En el documental se muestran algunas de las claves que han permitido a los alimentos transgénicos saltarse numerosas barreras que hubieran entorpecido su comercialización. Ejemplos que se citan en el documental, quienes trabajaban en la Agencia Reguladora de Estados Unidos trabajaban también en la compañía Monsanto, un ejemplo descarado sería Linda Fisher, vicepresidenta ejecutiva de la corporación Monsanto y además, subdirectora de la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos), por ética, esta situación no debería haber sido permitida. Ejemplos de personas que trabajan en el Gobierno, en el cumplimiento de las leyes, investigadores, congresistas, fiscales, la lista es interminable. El cultivo de los alimentos transgénicos se ha extendido significativamente en pocos años, algo lógico teniendo en cuenta algunos de los puntos indicados.
La diversidad alimentaria ha sido mermada por la industrialización y ahora, otra amenaza se cierne sobre los pocos productos tradicionales que se emplean en la alimentación mundial, los transgénicos. Recordemos el post Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura para conocer con cuántas variedades de alimentos se nutre la población mundial. Poco a poco se ha ido incrementando la oposición a los transgénicos en todo el mundo, naturalmente al tener mayor información y conocimiento, aunque como podemos comprobar en la actualidad, de poco ha servido, incluso hemos conocido un reciente plan secreto europeo para potenciar el cultivo de transgénicos.
La modificación genética se amplía y se extiende, y no sólo se encuentra sujeta a los cultivos agrícolas, también empieza a hacer acto de presencia en los productos marinos. Se espera la aprobación de 15 tipos distintos de pescado transgénico.
El sistema productivo es ejemplar y se respeta el medio ambiente y al organismo humano, la finalidad es proporcionar alimentos libres de cualquier sustancia química. En 1990 el Gobierno estadounidense intentó delimitar los estándares de la agricultura ecológica, es decir, marcar algo que parecía deslindado. Según se indica tras varios años de estudio, en 1997 se mostró que el Gobierno estadounidense tenía intención de permitir que en la agricultura ecológica entraran los organismos modificados genéticamente o transgénicos y otra serie de prácticas que nada tenían que ver con la agricultura sostenible. Recordemos que anteriormente hemos podido comprobar que las compañías biotecnológicas están introducidas en el Gobierno estadounidense y posiblemente estas intenciones estaban relacionadas con sus objetivos.
Los consumidores pedían respetar la pureza de los alimentos ecológicos y por fortuna el Gobierno norteamericano accedió. Quienes aparecen en este documental manifiestan que el aspecto saludable es lo más importante y el aspecto económico queda en segundo lugar, nada que ver con la producción industrial o transgénica. De todos nosotros depende que compañías como Monsanto puedan manipular a su antojo el futuro de la comida y el nuestro propio.
http://youtu.be/PZgQVLZGSjI